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BANDA: COWARDS ÁLBUM: "Rise To Infamy"// AÑO: 2015 Web de la banda: Bandcamp Crítica realizada por José Luis Volver a la sección

Que un grupo de personas decida unir sus habilidades musicales debería ser, ya solo por ese hecho, motivo de celebración, aunque desgraciadamente en la mayoría de casos, lo realmente plausible y digno de alabanza sería el momento en el que decidieran separarse y dedicarse a menesteres más al alcance de su escaso talento. Por fortuna, en este blog no nos satisface en absoluto acomodar nuestra ira en aquellos que con más voluntad que clarividencia musical alzan al vuelo su necedad compositiva, no somos de esa condición, y por fortuna también, el grupo que ahora mismo está escariando sin piedad nuestros pabellones auditivos, los parisinos COWARDS, es lo totalmente inverso a lo que hemos escrito hasta ahora. Y no solo porque atesoren facultades, destreza e ingenio a partes iguales, sino que consiguen que nuestra imaginación vaya dando tumbos entre la demencia y la perversión, chocando contra nosotros mismos, como si estuviéramos encerrados y ciegos, en una jaula cuyas rejas repletas de púas dirigen su herrumbrosa e impaciente mirada hacia nosotros, y sacian su sed de sangre con cada vaivén de nuestro desorientado y ajado cuerpo, mientras escuchamos las desgarradoras guitarras y los aniquiladores riffs de “Never to Shine” segundo tema de este nuevo trabajo de estudio del ya nombrado quinteto COWARDS.

Puede ser una jaula de púas, o bien podría ser un niño, un desequilibrado y maniático imberbe, que mirándonos con esa aterradora sonrisa de medio lado, ese dantesco gesto que solo son capaces de desplegar aquellos que entienden de sobras lo que es el mal por el mal, presume de tenernos atados a una silla, insultantemente impotentes. Se acerca caminando tranquilamente, y cuando le faltan unos centímetros para llegar ante nosotros, nos enseña, cual juguete en sus manos, la afilada cuchilla que ahora mismo, y casi sin darnos cuenta, ya está paseando por nuestra carne. Se para dando un inocente saltito, chapotea mansamente en al charco que ha provocado nuestra sangre, y vuelve. Es indiferente que tema elijamos para la siguiente escucha, “Beyond My Hands”, “Anything But The Highroad”, “Bend The Knee” o “Wish For Infamy”, después de ese niño, nuestra ya corrupta psique nos llevará a otro lugar, dentro de ese mundo que se está creando, al son de maléficos riffs y oxidadas voces. Quizá a una desconchada, sucia y antigua bañera, atados de pies, pero con las manos libres, para ver sádicamente, si somos capaces de librarnos del manto de cuchillos en el que estamos enterrados, y que ha llenado de profundos cortes nuestro cuerpo, mientras alguien, con la voz más delirante y monstruosa que hayas escuchado, gritándonos y escupiéndonos en la cara tortuosamente, comienza a derramar pequeños puñados de sal entre las rendijas que han dejado las melladas hojas que nos tapan.

A medida que nuestra agonía de hace visible por nuestros estertores de dolor, esa maldita y chillona voz se va tornando en una burlona, grotesca y estúpida risa, seguramente la última que escucharemos mientras nos desangramos entre el resquemor más atroz y la rabia absoluta. Todo, absolutamente todo lo que nos pueda venir a la mente, tiene cuchillos, hojas, sierras, todo cortar, todo despedazar, es la consecuencia directa de su música. Afilada, cortante, asfixiante, a veces absurdamente intensa, coercitiva con el resto de nuestro entorno, poderosa, chirriante y sobre todo inmensa, en toda la extensión de la palabra. Seguramente dejemos de imaginar durante un tiempo, si no puede que perdamos la orientación y ya no sepamos si lo que vemos está fuera o dentro de la jaula. Lo que más nos gusta es que todo esto, lo ha provocado una banda que proviene de la “ciudad del amor”. Si… nos gusta.